La prematurez en
mi vida, ha sido fuerte, ventajosa, constante. Tener hijos fue una lucha
incansable pues no podía quedar embarazada debido a una Endometriosis severa
grado III, así que esta búsqueda de una maternidad con la cual había soñado
desde niña se convirtió en una guerra, una guerra que aún hoy no ha parado.
Después de
muchos años de no poder conseguir un embarazo, lo logramos gracias a los
avances de la ciencia y la medicina, y de una FIV, ¡cuatrillizos!, cuatro
corazones latiendo dentro de mi vientre, lo cual, me hacía sentir muy llena de
vida, feliz, realizada, mamá. Sin embargo al ser un embarazo múltiple también
traía consigo múltiples complicaciones y cuidados especiales, que a pesar de
haber seguido uno a uno al pie de la letra, a las 29 sdg nuestros cuatro
milagros tuvieron que nacer.
Gerardo fue el
primero, y aún recuerdo su llanto al nacer, tan bajo, como el de un ratón
escondido en la alacena, después Aurora, tan pequeña y con un llanto vigoroso
así, como ha sido su vida; Jorge Paulo que nació con alas y regreso directo al
cielo antes de salir de mi vientre y Nuria, mi pequeña guerrera que en 19 días
de vida nos enseño a luchar. Por las condiciones, el peso y las circunstancias los
catalogaron como de 27 sdg, así que ahí estaban mis pequeños luchando en una
UCIN, llenos de tubos, de monitores que sonaban de mil maneras y por diferentes
causas, de sensores pegados a sus pequeñísimos cuerpos, de dolor, de miedo… Y
también con ellos nacimos nosotros, sus padres, que por primera vez lo eran,
que habían cumplido ya su sueño y este sueño no era como el que esperaban, era
en realidad, una pesadilla terrible, nacimos así, muertos de miedo y de
tristeza, de dudas, de angustia, de culpas, rodeados de muerte a pesar de la
vida, nacimos padres de la manera más terrible que puede haber en el mundo.
Pasaron 3 meses
en UCIN, en los cuales Nuria regresó al cielo, y Aurora y Gerardo tuvieron que
librar muchas batallas, en especial Gerardo, y lo sigue haciendo cada día de su
vida. En esos 3 meses conocimos el amor más maravilloso que es el de ver nacer
un hijo, en este caso 4, y el dolor más desgarrador y cruel que es el de ver
morir a un hijo, 2 en nuestra historia. 3 meses llenos de matices, emociones,
sentimientos, 3 meses de vivir en una montaña rusa y pedir a gritos un poco de
paz. En estos 3 meses no pudimos estar tan cerca como queríamos de nuestros bebés, por las reglas del hospital se nos permitía estar solo un momento
que teníamos que dividirlo, no nos permitían cargarlos (fueron muy pocas
ocasiones y solo lo pudimos hacer con Gerardo), no nos dejaban tocarlos, ni
arrullarlos, ni besarlos, ni amamantarlos, no se nos permitía ser sus padres, y
la impotencia que esto da no se compara con ninguna otra.
Finalmente
salieron, el primero fue Gerardo y llego a casa envuelto en cobijas y miedo,
dudas, pues nunca me habían dicho como debía manejar a un bebe tan pequeño,
nadie me dejo nunca hacerlo en UCIN y ¡esto me generaba tanta ansiedad! Tenía 3
meses pero solo pesaba 1, 720 grs., y además era un bebe tan frágil, tan
sensible, tan delicado. Su vida ha sido una guerra campal contra la muerta y
los pronósticos, su vida no ha sido en nada fácil, nada, pero hoy es nuestro mayor
orgullo, porque aunque es cierto que las secuelas que la prematurez dejó en él son muchas, ha logrado salir adelante y hoy habla, va a la
escuela, y sé que algún día logrará caminar de alguna manera, y logrará ser lo
que él quiera ser, porque nos ha
demostrado que llegó para quedarse a pesar de todo.
Aurora salió dos
semanas después de su hermano, muchísimo más pequeña que él, con casi 4 meses y
solo 1,580 grs., parecía una muñeca hermosa, sin embargo el hecho de nunca
haberla cargado, de que en casi 4 meses vivió solita en una incubadora con
estímulos solamente dolorosos, la hacían sentirse fuera de lugar y rechazaba
nuestros cariños y mimos, poco a poco se fue acostumbrando al amor, y hoy es
una niña muy cariñosa, llena de amor para dar, a pesar de que sigue siendo tan
pequeñita tiene un corazón tan grande que no le cabe en su diminuto cuerpo. Tiene ATR, pero está muy bien contralada y
nunca hemos tenido un problema debido a su condición médica. Hoy va a la
escuela, está empezando a leer y escribir, va a clases de Gimnasia rítmica y es
una líder nata, tiene tantos amigos que la quieren, y es la mejor hermana del
mundo, cariñosa, responsable, dedicada y siempre al pendiente de sus hermanos,
sin duda una guerrera que venció a la prematurez y sus terribles secuelas.
Y luego de 2
años 8 meses nació Luis Daniel, nuestro huracán, también prematuro y el cual
llegó así, sin buscarlo, como un regalo de Dios. Sin embargo su nacimiento
prematuro también fue muy doloroso pues nació con una neumonía implantada y
muchos problemas, a las dos semanas de que él nació a mi me tuvieron que volver
a intervenir de emergencia para quitarme la matriz debido a una Atonía uterina,
en ese momento Gerardito también estaba muy grave, y recuerdo ese Diciembre de
2008 como una Navidad de terror, pasamos Noche buena en el Hospital pues justo
ese día me quitaron la matriz, con un bebé grave en UCIN y otro bebé de 2 años
grave en casa con enfermera. Las luces de Navidad y el típico espíritu navideño
de siempre, me dolían mucho. Luis Daniel estuvo un mes en UCIN y desde que
salió ha librado cada una de las posibles secuelas que parecía, tendría.
Así me convertía
en mamá, de 5 bebés prematuros, así la
prematurez me cambió la vida, se llevo a dos de mis hijos, dejo a uno con
muchísimas secuelas dolorosas, y a otros dos que no han dejado de luchar
tampoco por estar bien. Así nació una mamá prematura, que hoy dedica su vida a
ser ayuda para otras mamás, que como yo, han empezado a recorrer un camino
distinto y lleno de dolor, a través de “Caminando Juntos”, un grupo de apoyo
que busca mejorar la calidad de vida de estos bebés y sus familias, así nació
una mamá especial, diferente, que no se cansará de gritar, de tocar puertas, de
hacer ruido, para que las cosas cambien poco a poco, para que a los papás de
estos bebes prematuros los dejen ser papás y estar con ellos en UCIN, aprender
y participar en sus cuidados, así nació una mamá que busca dejar un huella y trascender, haciendo que ese
miedo que hace casi 7 años me paralizaba, hoy sea mi fuerza para ayudar a otras
mamás a tener fe y esperar, por que se de sobra que es mucho más fácil sanar
desde el amor!!!
Nos unimos a la
celebración mundial del prematuro para hacer conciencia, prevenir, ayudar y
abrazar a cada una de las miles de familias que han vivido, viven y vivirán una
experiencia similar. 1 DE CADA 10 BEBES NACEN ANTES DE TIEMPO, ¡AYUDEMOS A
HACER CONCIENCIA!
Yo no elegí
vivir todo esto, quizá lo busque pero no lo elegí así, lo que si podía elegir era la manera de sobrellevar esto
que me había tocado vivir con mis hijos, y solo había dos opciones: 1) quedarme
tirada ahí, llorando y lamentándome el resto de mi vida, o 2) llorar, aceptar,
y sacar fuerza del dolor para hacer de nuestra historia una historia digna de
ser contada al mundo!!!, finalmente somos sobrevivientes de una guerra, y eso,
nos llena de orgullo!!!.
Un abrazo.
Liliana
Ortiz de Muñoz