Este
artículo tiene como objetivo presentar información sobre la relevancia de la
lactancia materna en términos del apego y de reducción de estrés en el neonato
prematuro, como una de las claves fundamentales del manejo humanizado del
recién nacido. Es decir, exponer algunos datos sobre la leche humana como algo
más que alimento…
Antes de entrar en materia, quiero mencionar la importancia
de la leche materna en la mejoría del sistema inmune en prematuros, lo que ha
sido ampliamente reconocido en la bibliografía. La leche humana tiene las
siguientes ventajas en comparación con las fórmulas sucedáneas: presencia de oligosacáridos
que forman parte de las defensas, factores que previenen de enfermedades
comunes en el recién nacido pre-término como Enterocolitis Necrotizante y el
Virus Sincitial Respiratorio y menor riesgo de alergias.
Desde otra perspectiva, están los beneficios durante la
hospitalización. Así se ha estudiado en una investigación en este año, de
parteras del Hospital Vega Baja de Orihuela en Bilbao Vizcaya, sobre métodos no
farmacológicos para aliviar el dolor en los bebés. Según sus autoras, el
administrar leche materna a través de un gotero, jeringa o biberón, calma el
dolor que experimentan los recién nacidos.
El contacto piel con piel, a menudo referido como Programa
Canguro, es otro aspecto promotor de la lactancia materna. El binomio lactancia
y método canguro ha sido descrito, por los creadores de este sistema, como una
estrategia eficaz de sobrevivencia en las familias de bajos recursos.
Básicamente, el programa piel con piel, ayuda a incrementar los niveles de
prolactina, la hormona de la leche humana. Hay numerosos ventajas para el bebé
canguro: se mantienen estables la temperatura, frecuencia cardíaca y
respiratoria, y una menor frecuencia de llanto y no aumentan las necesidades de
oxígeno. En los niños atendidos de esta forma, hay menor frecuencia de pausas
respiratorias y su evolución al egreso del hospital es muy buena. Sin embargo,
en la práctica se siguen los tratamientos rutinarios de separar madre y bebé,
no favorecer lactancia materna, no aplicar método canguro, en lugar de optar
por otros manejos centrados en la familia como este. ¡Hay que romper
paradigmas, es una necesidad!
El cortisol salival, un indicador de posible
estrés, parece ser inferior en los neonatos con los que se ha mantenido
contacto piel a piel (Anderson
G.C., Wood C.E., Chang H.P.; 1998). Este tipo de contacto aumenta las
conductas maternas afectivas y esto se refleja en una mejor vinculación, lo que
asimismo se traducen en apego seguro por parte del bebé, lo cual indudablemente
tendrá un impacto en el desarrollo integral del menor.
Un estudio de Ruth Feldman
(Biological Psychiatry, 2013) hace referencia a esto, dicha investigación analizó
a 73 madres y sus prematuros y comprobó que durante el primer semestre del año
de vida, los bebés que habían tenido contacto con sus madres tenían unas
mejores habilidades cognitivas y ejecutivas en las pruebas. De igual manera, a
los diez años los niños eran más organizados, mejoraron su respuesta
neuroendocrina al estrés, el funcionamiento del sistema nervioso autónomo era
más maduro y tenían un mejor control cognitivo.
El propósito principal en cuanto a la lactancia de bebés
nacidos antes de tiempo en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, es
mantener la producción de leche materna mientras el bebé se encuentra hospitalizado.
El proceso inicia con la extracción de leche en las primeras 6 horas
posteriores al parto y sobretodo con la creación de una rutina de extracción,
de por lo menos 8 extracciones al día por 10 minutos o más. La frecuencia de
extracción, y no la cantidad de leche materna extraída en las primeras dos
semanas, será determinante para mantener una adecuada producción de leche a
largo plazo.
Con el tiempo y mi trabajo voluntario en los lactarios en
el Hospital de la Mujer de Puebla, me he dado cuenta, que hay que manejar un
enfoque que no signifique mayor estrés para estas madres, esto es, si sabemos
que la estancia hospitalaria será prolongada, se fijará la meta de mantener la
producción, en lugar de concentrarse en la cantidad que produce cada mujer día
a día. ¡Un punto de vista de apoyo para estas familias!. Me ha tocado observar
la frustración y desesperación en los rostros de las madres cuando se dan
cuenta que no están aumentando esos mL deseados. La lógica es, por supuesto, que
si hay una frecuencia de extracción adecuada aumentará el volumen de leche
extraída, ambas condiciones van de la mano
La estrategia, asimismo, se basa en una valoración
individual (si se trata de primer hijo o si es un parto múltiple o si ya ha
amamantado previamente) sobre las alternativas reales que tienen madre y bebé
para amamantar (si el recién nacido presenta alguna condición clínica de
consideración como síndrome de down o labio paladar hendido o su capacidad de
succión), sobre si desean lograrlo y sobre las metas que irán cumpliendo para
alcanzar este objetivo. En la actualidad, el contexto y el ritmo de vida no
favorecen la lactancia de un niño de término, mucho menos el reto de una mujer
con un lactante prematuro.
Termino este artículo de esta forma, con la evidencia que
he citado a lo largo del texto, que confirma que la leche materna es mucho más
que su contenido nutrimental en sus mL, que por su puesto es oro molido para un
recién nacido. No obstante, la lactancia supera este panorama, tiene otras
recompensas, que se relacionan reducción de estrés, con presencia materna y
seguridad en el bebé y con una mejoría en el desarrollo infantil. Considero que
los profesionales de la salud no debemos perder esto de vista, necesitamos replantearnos
nuestras rutinas de trabajo y muy puntualmente, precisamos mantener una actitud
de escucha, de conocer las necesidades de las familias, y de respetar sus decisiones
pero ante todo proporcionando este tipo de información.
Referencias:
1. Anderson G.C., Wood C.E., Chang H.P.
Self-regulatory mothering vs. nursery routine care postbirth: effect on
salivary cortisol and interactions with gender, feeding, and smoking. Infant
Behavior and Development, 1998, 21:264.
2. Acolet D., Sleath K., Whitelaw A.
Oxygenation, heart rate and temperature in very low birth weight infants during
skin-to-skin contact with their mothers. Acta Paediatrica Scandinavica, 1989,
78:189-193.
3. Anderson GC. Current knowledge about
skin to skin (Kangaroo) cares for preterm infants. J Perinatol 1991, XI (3):
216-26.
4. Bauer K, Uhrig C, Sperling P, Pasel
K, Weland C, Versmold H. Body temperatures and oxygen consumption during skin
to skin (Kangaroo) care in stable preterm infants weighing less than 1500
grams. J Pediatr 1997: 130: 240-4.
5. Bauer
J, Sontheimer D, Fisher C, Linderkam O. Metabolic rate and energy balance in
very low birth weight infants during Kangaroo holding by mothers and fathers. J
Pediatric 1996; 129; 608-11
6.
Christensson
K., et al. Temperature, metabolic adaptation and crying in healthy full-term
newborns cared for skin-to-skin or in a cot. Acta Paediatrica, 1992,
81:488-493.
Luz Amaranta Vega García
Nutrióloga (LNCA) y Educadora en Lactancia
(CLE)
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